(Ernesto Figueredo, Camagüey, Cuba) – La economía de comunión ha cambiado no sólo mi percepción de la empresa, el mercado y la economía en general, sino que me ha permitido encontrarle un sentido, un ámbito de actuación a los dones que Dios me ha dado. Colaborar con personas que tienen o desean abrir su emprendimiento, pero también con empresas estatales y cooperativas, para que tengan una acción y visión prosocial con su realidad inmediata. Esta es una de las principales metas en mi vida, que ya pongo en función del otro y otros.
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