El Nacimiento de una Nueva Estrategia. Hace aproximadamente veinte años, en 1991, un grupo de pequeñas empresas de mentalidad social empezó un sistema mundial de colaboración (Negocios para un Mundo Unido en El proyecto de la Economía de Comunión en la Libertad). Ellos querían cambiar no sólo en sus ambientes de trabajo, sino el mundo entero de negocios y economía alrededor de ellos.
Ellos creían que aún pequeños cambios en la manera en que se hace negocios pueden tener un impacto dramático en la economía en toda su extensión.
- Tener en alta estima cada persona y cada idea
- Crear relaciones cada día
- Apoyar a otras personas a través de acciones, no sólo palabras
- Ayudar tan pronto como haya una necesidad
- Compartir ideas, tiempo y a sí mismos con los que están alrededor de ellos
- Ver todo el mundo, aún los que los maltratan, como merecedores de amistad y respeto
Las actitudes de “pequeña empresa” y estilo de vida contenidos en estos sencillos objetivos centrales de sus experiencias cotidianas se convirtieron en la base de “El Cubo de la Compañía” (The Company Cube®), una manera práctica de recordarse que es necesario poner en práctica estos valores en la vida diaria. Con un foco renovado que se centra en la persona, la idea de El Cubo de la Compañía cambia el status quo y ofrece una nueva forma, especialmente dentro de pequeñas empresas, de lograr un impacto positivo.
Con muchos años de experiencia en su implementación, ahora se puede decir que este “descubrimiento” de El Cubo de la Compañía no es sólo para el uso de pequeñas empresas, sino que puede ser aplicado universalmente para crear una nueva cultura, aún en las compañías más grandes.
El Potencial del Lugar de Trabajo. Es evidente que la implementación de El Cubo de la Compañía no ocurre en el vacío. Es necesario tener presente la socialización, el entretejer de relaciones humanas para construir un lugar de trabajo donde cada persona reconozca la responsabilidad compartida de crear un ambiente de trabajo basado en respeto y asuntos de interés mutuo.
El reconocimiento de nuestra habilidad para cambiar el mundo a través de operaciones de negocios abre nuevas posibilidades. Éstas pueden incluir la creación de nuevos trabajos, particularmente para los que luchan con la pobreza y el desempleo, u oportunidades para generar valor financiero, ambiental y social a través de los negocios.
En esta manera, el trabajo se convierte en un camino hacia una economía en la que cada persona tiene dignidad y la sociedad crece en colaboración y fraternidad.
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